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El único tratamiento para la celiaquía es la dieta sin gluten, estricta y de por vida, sin transgresiones y evitando en todo lo posible las contaminaciones accidentales. Sin embargo, según explican los expertos, el intestino de una persona con celiaquía puede tardar hasta dos años en recuperarse totalmente. De ahí se deduce que el proceso de recuperación puede ser lento, y los síntomas pueden tardar en desaparecer por completo. Una vez que el intestino se recupera, el paciente se encontrará mucho mejor y no debería tener carencias nutricionales. Un intestino recuperado no significa que la celiaquía haya desaparecido, ya que es un proceso crónico, significa que las lesiones intestinales han revertido, pero en cuanto se vuelva a tomar gluten volverán a producirse. 

¿Por qué sigo encontrándome mal a pesar de hacer la dieta sin gluten?

Así y todo, muchos celiacos después de meses e incluso años de hacer la dieta sin gluten, siguen sintiendo síntomas. ¿Por qué ocurre esto? Varias hipótesis podrían explicarlo. Pero ante cualquier molestia que se prolongue en el tiempo, siempre hay que acudir al especialista para comprobar que todo está dentro de la normalidad.

El único tratamiento eficaz para la celiaquía es la dieta sin gluten estricta y de por vida

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que cada celiaco reacciona de una manera diferente. Sólo hace falta ver que los síntomas de la celiaquía que presenta cada uno pueden diferir, y que la dieta sin gluten puede hacer que sus síntomas remitan antes o más tarde. También es importante destacar que los expertos suelen recomendar la dieta sin gluten, durante al menos 6 meses para tratar de comprobar si el tratamiento es el adecuado cuando existen dudas sobre el diagnóstico, por lo que no conviene considerar que en un tiempo menor la dieta sin gluten sirva para eliminar por completo los síntomas del celiaco.

Los expertos, como el Dr. Molina, también señalan que un celiaco puede tardar hasta dos años en recuperar por completo su intestino. Este periodo depende también del grado de lesión del intestino, al momento del diagnóstico, no es lo mismo un Marsh 1, que un Marsh 3. Por eso, lo primero es mantener la calma y descubrir cómo realizar correctamente la dieta sin gluten desde el momento del diagnóstico, algo que podréis aprender a hacer con el curso online Aprender a Hacer Dieta Sin Gluten de la Escuela Celicidad.

Por otro lado hay que partir de la base de que la dieta sin gluten está recomendada para personas diagnosticadas de celiaquía, sensibilidad al gluten no celiaca y personas con alergia al trigo.  Hay que tener en cuenta también que la dieta sin gluten es considerada una prueba más de diagnóstico de celiaquía que en ocasiones puede contribuir a confirmar un diagnóstico.

Algunas de las teorías que podrían explicar por qué después de más de seis meses de dieta sin gluten aún seguimos encontrándonos mal, son las siguientes. Aunque repetimos, lo recomendable es acudir al especialista en digestivo.

  • Enfermedad sistémica: La celiaquía es una enfermedad sistémica que puede afectar a prácticamente todo el organismo. Cuando el diagnóstico llega tarde es posible que se hayan podido desarrollar otro tipo de patologías o alteraciones que complican la calidad de vida del celiaco y que pueden influir en que la recuperación sea más lenta. Además, la recuperación puede ser lenta y aunque los síntomas tienden a ir poco a poco reduciéndose, tal y como explica el Dr. Molina, dependerá también del grado de lesión del intestino.

  • Frecuentes transgresiones y/o contaminaciones: en ocasiones, aunque creemos que lo hacemos todo bien puede haber algo que se nos escape. Quizás el salero de la cocina está contaminado o utilizamos alguna especia con gluten, incluso alguno de los productos que tenemos en la despensa y que consumimos habitualmente lleva la leyenda «puede contener trazas de gluten» y no lo habíamos visto. Así que lo primero es comprobar que en casa lo hacemos todo bien. Para ello es indispensable aprender a hacer la compra sin gluten y conocer las claves del etiquetado de los productos sin gluten  y también aprender a cocinar sin gluten, evitando la contaminación cruzada en todo momento.  Para ello la ESCUELA CELICIDAD cuenta con el curso online Aprender a hacer dieta sin gluten, en el que recoge los aspectos fundamentales para llevar una vida 100% sin gluten, desde conocer la clasificación de los alimentos, cocinar sin contaminación cruzada, compartir mesa con personas no celiacas, normativa europea de etiquetado de alérgenos hasta las consecuencias de no hacer correctamente la dieta sin gluten.

En la ESCUELA CELICIDAD encuentras más cursos relacionados con la celiaquía y la dieta sin gluten como Las Claves del Etiquetado Sin Gluten, ideal para principiantes.

En este punto es importante destacar la opinión de los expertos. «En ocasiones, cuando el celiaco no mejora tras la dieta sin gluten el médico tiende a pensar que no hace correctamente la dieta sin gluten, y no siempre es así, hay que ver otras posibles patologías», explica el Dr. López Rueda, en el podcast Onda Celicidad. 

«Una celiaquía no diagnosticada puede provocar otra serie de afecciones en el intestino que el médico debe diagnosticar y tratar. Es posible que haya intolerancias asociadas, SIBO, parásitos… Si el paciente no mejora con dieta sin gluten la labor del médico es seguir investigando para ver qué otras patologías han podido desencadenarse», apunta el experto.

ESCUCHA LA ENTREVISTA CON EL DR. LÓPEZ RUEDA, AQUÍ 

  • Abuso de productos procesados: la dieta sin gluten no es sólo eliminar el gluten de nuestro día a día, sino también comer de una forma variada, sana y equilibrada. Los productos elaborados específicamente para celiacos son una magnífica opción, pero tenemos que tener en cuenta que nunca deben ser la base de nuestra dieta sin gluten, sino un complemento. La base de la dieta sin gluten son los productos 0 gluten, productos genéricos que de manera natural no llevan gluten como carnes, pescados, frutas, verduras, leche, etc. El abuso de productos elaborados específicamente para celiacos que contienen un máximo de 20 ppms puede provocar daños por la acumulación de ppms, como recoge la guía 0 Gluten. Esto no significa que estos productos no sean seguros, para nada, son totalmente seguros y aptos para los celiacos todos aquellos etiquetados «Sin Gluten», pero no se debe abusar de ellos. Es decir, una dieta en la que desayunamos bollos, comemos pasta o pizza, merendamos pan, tomamos varias cervezas sin gluten y volvemos a cenar productos elaborados específicamente para celiacos y todos los días repetimos esta pauta, sí puede llegar a causar daño intestinal por la suma de ppms de esos productos, tal y como explica el Dr. Serrano, de la Asociación de Celiacos y Sensibles al Gluten de Madrid.

Serrano explica que cuando  después de un tiempo los pacientes acuden a la asociación porque siguen con síntomas, «lo primero que hacemos es revisar la dieta para comprobar que no se están produciendo transgresiones por error. También para ver que no se está abusando de productos procesados». 

  • Intolerancias asociadas: en ocasiones los síntomas no remiten porque tenemos otras intolerancias alimentarias que aún no han sido diagnosticadas, tal y como apunta el Dr. López Rueda en el podcast Onda Celicidad. La más habitual es la intolerancia a la lactosa, que en algunos casos está asociada a la celiaquía y revierte tras los primeros meses de dieta sin gluten. En este caso la intolerancia se produce debido al estado en el que se encuentra el intestino del celiaco que provoca que no seamos capaces de digerir la lactosa. Cuando el intestino comienza a mejorar, la intolerancia a la lactosa comienza a remitir. Pero también puede darse el caso de que no lo haga porque ambas intolerancias no estén asociadas.

Y es que la lactosa para ser digerida requiere la acción de unas enzimas que nuestro organismo produce y que se denominan lactasas. Estas enzimas dividen la lactosa y hacen que se pueda digerir. Cuando un individuo no tiene suficiente lactasa para descomponer la lactosa se produce esa intolerancia, que a diferencia de la celiaquía, sí tiene distintos grados y algunas personas toleran más cantidad que otras. A día de hoy, podemos encontrar en el mercado pastillas de lactasa que se ingieren antes de tomar alimentos o productos con lactosa y que ayudarán a su digestión, aunque no es recomendable tomarlas antes de cada ingesta, sino evitar la proteína y utilizar estas pastillas en ocasiones puntuales, explican los expertos. La intolerancia a la fructosa, es cada día más común entre la población y los síntomas que causa son similares a los de la intolerancia a la lactosa. El diagnóstico se realiza a través de una sencilla prueba y la solución es realizar una dieta baja en FODMAPs.

  • Celiaquía refractaria: siempre decimos que no existen los grados de celiaquía, pero sí hay distintos tipos y uno de ellos, el menos común pero también el más grave, es la celiaquía refractaria. Se trata de un tipo de celiaquía que no responde ante la dieta sin gluten y que debe ser tratada con fármacos para reducir la inflamación intestinal. Existen dos tipos de celiaquía refractaria y lo más importante es que ésta se diagnostique lo antes posible. Por eso, si después de un tiempo con dieta sin gluten, no notáis mejoría es importante acudir al especialista para tratar de descartar la celiaquía refractaria y encontrar una explicación a los síntomas.
Escucha la entrevista con el Dr. Cerpa, Digestivo del Hospital La Paz.
  • Consultar al especialista: en CELICIDAD siempre tratamos de ayudar y aconsejar en la medida de nuestras posibilidades a todos los que nos escribís planteándonos preguntas sobre los síntomas, pero el único consejo que podemos dar es el de acudir a los profesionales de la salud. Únicamente ellos, en este caso los especialistas en Celiaquía o en Digestivo, podrán hacer una valoración de los síntomas y tratar de darnos solución a los mismos.

La Dra. Natalia López del Hospital Clínico San Jorge en Madrid también habla de las consecuencias de no ser adherentes a la dieta sin gluten de forma estricta. En esta entrevista en Onda Celicidad habla de celiaquía refractria y de linfoma intestinal asociado a celiaquía.