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La celiaquía es un trastorno autoinmune, como define el Protocolo de Diagnóstico Precoz de Enfermedad Celiaca,  provocado por la ingesta de gluten que afecta a individuos predispuestos genéticamente.  Se trata de una enfermedad sistémica y crónica, sin cura a día de hoy, pero sí con tratamiento: una dieta sin gluten estricta de por vida. Uno de los mitos más extendidos sobre la celiaquía es el de los grados de celiaquía. Y es totalmente falso: una persona no es más celiaca que otra, así que a la pregunta de ¿cómo de celiaco eres? hay que contestar que no existen grados de celiaquía, pero sí es cierto que hay distintos tipos de celiaquía, en función de determinados parámetros médicos. Aunque la dieta debe ser igual de estricta para todos los celiacos. 

La celiaquía no tiene grados

Es una de las preguntas frecuentes cuando comemos en un restaurante en el que no conocen demasiado la celiaquía, y es una pregunta que de hecho significa que no deberíamos comer en ese restaurante, porque es información básica. La persona con celiaquía no puede tomar nada de gluten independientemente de si sus reacciones tras el consumo de gluten  son más o menos fuertes, inmediatas o se producen horas más tarde, nos afectan a la piel, al aparato digestivo o provoca en nosotros alguna de las múltiples manifestaciones extradigestivas de la celiaquía. Los grados de celiaquía no existen, como recoge la guía 0 Gluten y es importante que aquellos que trabajan en los restaurantes lo sepan, pero también lo tenemos que saber nosotros.

El sistema inmunológico de una persona con celiaquía, se pone en funcionamiento en el momento en el que esta toma gluten provocando una respuesta inmunológica que da lugar a un daño en el intestino. Este daño puede llegar, a la larga, a provocar una atrofia vellositaria.

Pero esto no siempre va acompañado de síntomas externos, de ahí la confusión generalizada sobre los grados de celiaquía. Que una persona celiaca no tenga síntomas externos tras ingerir gluten, no significa que su sistema inmunitario no haya puesto en marcha la respuesta inmunitaria frente al gluten, que es necesario evitar en todo momento, como explica en esta entrevista el Dr. Cerpa.

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En muchas ocasiones me han planteado esta pregunta justificándose con experiencias anteriores en las que personas celiacas accedían a comer platos contaminados «con poco gluten». Es una irresponsabilidad no sólo para el celiaco que se la juega tomando alimentos contaminados, sino también para el resto del colectivo que cuando se niega a comer algo que puede estar contaminado se enfrenta a la típica mirada de desaprobación por parte del personal que nos consideran histéricos y maniáticos.

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Tenemos que reaccionar así porque con nuestra salud nadie debería jugar. Por eso es importante que quede claro que la persona que es celiaca lo es con todas sus consecuencias y no lo es más ni menos que otra persona con celiaquía. Así que por favor, desterremos ese mito sobre la celiaquía tan extendido: en la enfermedad celiaca no hay grados. Los grados de los que se habla en la celiaquía son los de lesión del intestino, clasificados por el patólogo británico Michael N. Marsh y conocidos como la clasificación Marsh, como recoge la guía 0 Gluten.

Pero sí hay distintos tipos de celiaquía:

1. Celiaquía Subclínica o asintomática: Se da en aquellas personas que no presentan los síntomas clásicos, pero igualmente presentan las vellosidades intestinales con daño e incluso con atrofia. Es un problema importante porque muchas veces estas personas, al no sentir síntomas, tienden a saltarse la dieta más frecuentemente, o a sufrir contaminaciones involuntarias sin ser conscientes y quizás abusar de esos productos que en realidad están causando un gran daño a su intestino. En muchas ocasiones los celiacos asintomáticos son diagnosticados cuando se realiza un análisis genético a la familia de un celiaco diagnosticado. Y es que los familiares de primer grado de un celiaco son uno de los principales grupos de riesgo de la celiaquía. 

2. Celiaquía clásica o sintomática:  Es la más habitual y la que se suele diagnosticar frecuentemente. Se trata de una celiaquía que se diagnostica evidentemente en individuos con predisposición genética y daño intestinal o atrofia de las vellosidades. Los síntomas de las personas con este tipo de celiaquía varían, desde los vómitos a la diarrea, migrañas, cansancio extremo, etc. A día de hoy son más habituales las manifestaciones extradigestivas de la enfermedad celiaca que las digestivas, en personas adultas, como explica la Dra. Polanco. 

3. Celiaquía potencial: Se dice que una persona la padece cuando a pesar de contar con una genética positiva, y anticuerpos en sangre también positivos, no presenta daños en la mucosa intestinal, es decir, su biopsia no es compatible con la EC. A medida que transcurren los años y si no se realiza una dieta sin gluten,  pueden llegar a surgir daños en el intestino.

4. Celiaquía latente: Quizás la más extraña a la hora del diagnóstico. Se trata de pacientes que consumiendo gluten, con o sin síntomas, tienen una biopsia yeyunal normal o con aumento de linfocitos, pero sin llegar a la atrofia. Con el tiempo, acabarán presentando atrofia vellositaria que remitirá con la retirada del gluten de la dieta. Suelen ser familiares de primer grado de pacientes celiacos.

5. Celiaquía Refractaria: La enfermedad celiaca refractaria suele ser más habitual en celiacos diagnosticados a partir de los 50 años. Se sospecha que sólo un 5% de los celiacos la padecen y se traduce normalmente en que a pesar de la dieta sin gluten los problemas intestinales siguen manifestándose. Es quizás la variante más grave de la celiaquía, sobre todo si hablamos de refractaria tipo 2, aquel subtipo en el que los pacientes pueden desarrollar más fácilmente un linfoma. Es importante recordar por tanto, que si una persona celiaca no mejora con la dieta sin gluten debe acudir a su médico.

Hago la dieta sin gluten y no mejoro

El único tratamiento eficaz a día de hoy para la celiaquía es la dieta sin gluten estricta y de por vida, evitando transgresiones voluntarias, la ingesta de producto con trazas y la contaminación cruzada. Cuando un celiaco es diagnosticado debe ponerse inmediatamente a dieta para que la recuperación comience lo antes posible, sin embargo ésta no es rápida.

Las vellosidades intestinales pueden tardar hasta dos años en recuperarse totalmente, aunque evidentemente los síntomas de la enfermedad comenzarán a remitir semanas o meses después del inicio de la dieta. Sin embargo en ocasiones este proceso puede ser más lento y es entonces cuando debemos acudir a un especialista.

El objetivo de esta visita médica es descartar la celiaquía refractaria, el tipo menos habitual de la enfermedad, pero también comprobar que la dieta se está realizando de forma correcta. No realizar transgresiones ya sean voluntarias o involuntarias es fundamental ya que se lesionará de nuevo el intestino y aparecerán de nuevo los síntomas comunes de la contaminación por gluten. Sobre todo tenemos que tener cuidado fuera de casa y también cuando vamos a casa de familiares y amigos a los que debemos aconsejar sobre cómo cocinar sin gluten.

No solo la celiaquía refractaria puede ser la causante de que el celiaco no mejore a pesar de hacer la dieta sin gluten. La principal razón de que no haya esa mejora es que se están comentiendo errores en la dieta sin gluten que han pasado desapercibidos, pero también puede haber intolerancias asociadas, como nos cuenta el Dr. López Rueda, en Onda Celicidad.

Fuente: FACE / Celicidad