El Dr. López Rueda es uno de los mayores especialistas en España en materia de Intolerancias Alimentarias, Enfermedades inflamatorias intestinales y Microbiota. Tras años dedicado a su especialidad, la Urología, comenzó a investigar estas materias motivado por una situación familiar. Tiempo después es una referencia que ha ayudado a muchos pacientes a descubrir lo que les ocurría. Comenzó estudiando la intolerancia a la fructosa, su tratamiento nutricional, y después dio el salto a las enfermedades que causan esa intolerancia. Ahora, ha dado un paso más, para estudiar junto a su equipo la microbiota intestinal. Nos atiende desde su casa, y charlamos con él en pleno confinamiento por el COVID-19.

El Dr. López Rueda comenzó ayudando a muchos pacientes con intolerancia a la fructosa a través de las redes sociales. «Internet tiene grandes ventajas, aunque también hay que tener mucho cuidado con lo que se lee», asegura. A día de hoy , ese grupo de Facebook -que puedes seguir aquí– cuenta con más de 21.000 miembros, entre pacientes y profesionales sanitarios que quieren aprender, ayudar y compartir información con el equipo que ha creado el Dr. Rueda. «Estábamos en un buen momento, con un montón de proyectos, de estudios en camino, y al llegar el coronavirus todo se ha parado. Esperamos poder retomar la actividad, queremos seguir trabajando para formar a profesionales. Es necesario que los médicos sigamos siempre aprendiendo», señala.

Cuando comenzó a estudiar para conocer mejor la intolerancia a la fructosa, le preocupaba conocer el tratamiento a través de la dieta FODMAP que podría solucionar el problema al paciente. «Pero pronto vimos que la intolerancia a la fructosa, en sí, no es una enfermedad, sino que es un síntoma de otras enfermedades, así que si queremos que el paciente realmente mejore, tenemos que saber qué es lo que provoca ese síntoma, es decir, qué enfermedad tiene el paciente», señala. Y es que la intolerancia a la fructosa es una patología en sí, solo en un porcentaje muy bajo de pacientes. «Cuando es genética, entonces es una patología, pero en la inmensa mayoría de los casos es un síntoma de otro problema, y eso es lo que hay que analizar».

La celiaquía puede ser la causa de esa intolerancia a la fructosa, por eso el Dr. López Rueda sabe tanto de enfermedad celiaca: «Hemos visto en muchos casos que es la celiaquía la que ocasiona este síntoma. Pero hay muchas otras enfermedades que lo pueden provocar. Si no se realizan más pruebas nos quedamos en la superficie y eso no le da ninguna solución al paciente», apunta. Y explica que en el caso de la enfermedad celiaca, aunque esta esté diagnosticada correctamente, «no inmuniza a los pacientes de padecer otras enfermedades. El celiaco puede ser celiaco y tener intolerancias asociadas, giardias, dao…etc».

Por eso, hace hincapié, «si la persona celiaca no se encuentra bien a pesar de hacer la dieta sin gluten estricta, hay que ver qué más puede haber. Es fácil achacar los síntomas a errores en la dieta, pero a veces hay algo más y es necesario verlo en profundidad. No solo pensar en celiaquía refractaria, que puede ser, sino que hay muchas otras patologías a tener en cuenta», indica el experto. De hecho, apunta, «hemos diagnosticado a muchos celiacos a raíz de la intolerancia a la fructosa. El gluten poco a poco va dañando sus vellosidades intestinales y llega un momento que se atrofian y así no pueden digerir otros alimentos».

Por tanto, es fundamental, «diagnosticar esa intolerancia a la fructosa y ver qué es lo que la ocasiona: una celiaquía, un SIBO, una endometriosis, un hipotiroidismo de hashimoto que ocasiona SIBO, una colitis ulcerosa, una colitis linfocítica… hay que estudiar a fondo al paciente».

Microbiota Intestinal: el origen

«Cuando a un paciente le tratamos la intolerancia a la fructosa, le descubrimos la enfermedad que se la provoca y le tratamos esa enfermedad y sigue sin mejorar es porque hay algo más. Hay que reparar los daños intestinales que la enfermedad ha provocado. Y eso nos lleva a la microbiota intestinal».

El Dr. López Rueda reconoce que es un tema apasionante, «en el que estamos trabajando mucho porque es el origen de muchas enfermedades».

Le preocupa especialmente, señala, los pacientes con una permeabilidad intestinal aumentada. «Cuando un paciente tiene un aumento de la permeabilidad intestinal, pasan a la sangre cosas que no deben pasar y eso hace que el sistema inmunitario tenga más trabajo. Llega un momento en el que el sistema inmuntario no puede seguir trabajando así y empieza a fallar, y es así como surgen las enfermedades inmunitarias y las alergias alimentarias. Es un problema realmente importante. Además en estas situaciones, puede aparecer un proceso inflamatorio crónico inespecífico que puede llegar a afectar a todo el organismo. No te mata, pero dependiendo de a qué te afecte, puede provocar síntomas complejos», destaca.

López Rueda comenzó estudiando las intolerancias alimentarias por un caso familiar y en solo unos años no solo se ha convertido en una referencia, sino que ayuda -además de a pacientes- a profesionales de la salud que quieren aprender más sobre enfermedades inflamatorias, intolerancias alimentarias y microbiota intestinal.

FOTO PRINCIPAL: Servimedia

Enlaces de interés

Entrevista Dr. López Rueda: ¿qué es la intolerancia a la fructosa?

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