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Enfermedad celiaca en niños, la evolución de la enfermedad en edad pediátrica en los últimos años, los últimos estudios sobre la introducción de los cereales con gluten en la dieta de los niños, el cambio en el patrón «típico» de celiaquía, que ahora es el patrón clásico, la posibilidad de diagnosticar celiaquía sin biopsia, el seguimiento a los familiares de primer grado de un celiaco… De todo esto y mucho más hablamos en el episodio 44 de Onda Celicidad con el Dr. Manuel Molina es el Jefe de la Unidad de Gastroenterología Pediátrica del Hospital La Paz, en Madrid y profesor Asociado en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma.

Los síntomas de la celiaquía en niños, nos cuenta el Dr. Molina, «han cambiado en los últimos años. Lo que se denominaba en su día el patrón típico de la enfermedad celiaca, ha pasado a denominarse el patrón clásico, porque ya no es tan típico, y nos encontramos con niños que presentan sintomatología inespecífica más allá de la clásica», apunta.

De manera tradicional se ha considerado la enfermedad celiaca una enfermedad infantil, sin embargo, sabemos que esta puede aparecer en cualquier etapa de la vida, «pero es cierto que los pediatras llevamos toda la vida viendo celiacos. Cuando yo empecé, no había anticuerpos de celiaquía, ni pruebas genéticas, y tenías que sospecharla por los síntomas y hacer tres biopsias para diagnosticarla correctamente. Ahora las cosas han cambiado mucho», explica el experto.

De hecho desde hace algunos años es posible incluso diagnosticar celiaquía en niños «sin hacer biopsia. Pero para diagnosticar una enfermedad que es para toda la vida hay que ser muy riguroso con el diagnóstico, por lo que es fundamental que se cumplan los criterios que se deben cumplir para que niños y adolescentes puedan evitar la biopsia: anticuerpos transglutaminasa por encima de 10, genética compatible con celiaquía y anticuerpos antiendomisio positivos», apunta.

Aún así, el diagnóstico resulta muy complejo a menudo, «sobre todo cuando nos llegan niños a los que ya han retirado el gluten. Es algo que vemos con cierta frecuencia, papás, mamás o incluso médicos que consideran que los problemas pueden derivar de ello y retiran el gluten antes de hacer las pruebas. Eso complica mucho la situación y tiene consecuencias difíciles de preveer. Podemos plantarnos en los 14 años de un niño sin saber si realmente es o no es celiaco por este motivo», asegura el Dr. Molina.

Nos explica también el especialista la importancia de ser muy estricto con la dieta sin gluten. «La experiencia de todos estos años me dice que cuando unos anticuerpos no bajan, aunque la familia cree que lo está haciendo todo bien, algo falla en esa dieta sin gluten y hay que ser sumamente riguroso y estricto todos los días».

Le planteamos al Dr. Molina una cuestión que nos llega a menudo a las redes sociales de Celicidad: ¿cuándo se debe realizar la introducción de los cereales con gluten? Nos cuenta Molina que los estudios realizados hasta el momento indican que no por introducirlo más tarde se está «protegiendo al niño de desarrollar celiaquía. No sabemos qué desencadena la aparición de la enfermedad, pero desde mi punto de vista el gluten no se debería introducir en la dieta de un niño antes de los 4 meses ni después de los 8 meses».

Nos resuelve el Dr. Molina también una duda muy frecuente: ¿cómo se debe actuar cuando un niño es hijo de un padre o una madre celiaca? En estos casos, explica el experto, «tenemos que saber que el riesgo de que un familiar de primer grado de un celiaco desarrolle celiaquía, es superior al del resto de la población, por lo que es importante hacer un seguimiento. Si se puede, se pide prueba genética y si esta es positiva, habrá que hacer seguimiento de manera periódica a través de los anticuerpos». En caso, apunta de que se desarrollen síntomas en algún momento de la vida de ese familiar de un celiaco, «es fundamental estudiarlo en profundidad».

El Dr. Molina nos habla también de las principales patologías digestivas que llevan a la consulta de un pediatra gastroenterólogo: «las patologías disfuncionales, aquellas de las que no se encuentra una casa orgánica, y por supuesto las alergias». Estas últimas, afirma el pediatra, «están aumentando en los últimos años e incluso enfermedades hace un tiempo desconocidas como la esofagitis eosinofílica empiezan a tener una incidencia considerable».