Las intolerancias alimentarias son «un grupo de reacciones adversas a los alimentos en las que no está involucrado el sistema inmunológico», apunta la Dra. Ana Zugasti Murillo en su artículo «Intolerancias alimentarias». Las intolerancias alimentarias, fundamentalmente, están causadas por un déficit parcial o total de alguna enzima que «impide metabolizar correctamente algunas sustancias presentes en los alimentos». Ese déficit desencadena un cuadro de síntomas principalmente digestivos. Las principales intolerancias alimentarias en la actualidad son la intolerancia a la lactosa y a la fructosa. La Enfermedad Celiaca, definida de forma tradicional como una intolerancia permanente al gluten, no forma parte del grupo de las intolerancias alimentarias, ya que es una enfermedad de base inmunológica (sí interviene en este caso el sistema inmunológico).
Intolerancias alimentarias y Enfermedad Celiaca
La Enfermedad Celiaca o celiaquía no es una intolerancia alimentaria, a pesar de que durante años se definiese como tal.
En el actual Protocolo de Diagnóstico Precoz de la Enfermedad Celiaca, publicado en mayo de 2018 por el Ministerio de Sanidad de España, la Enfermedad Celiaca aparece definida como un «trastorno sistémico de base inmunológica provocado por el consumo de gluten en individuos predispuestos genéticamente».
El término «intolerancia al gluten» se sigue empleando en la actualidad dando lugar a confusión entre la celiaquía y la denominada Sensibilidad al Gluten/Trigo No Celiaca que también es denominada «intolerancia» en algunos casos.
Así bien, habría que destacar que el gluten es una proteína de origen vegetal que puede generar dos trastornos: celiaquía o Sensibilidad al Gluten/Trigo No Celiaca, aunque el detonante de esta última podría ser una sustancia diferente al gluten y presente en el trigo (ATIS). La alergia al trigo también requiere eliminar este cereal de la alimentación.
Sensibilidad al gluten/trigo No Celiaca
El citado Protocolo de Diagnóstico Precoz de la Enfermedad Celiaca explica así la Sensibilidad al Gluten (trigo) No Celiaca:
«Se aplica a aquellas personas que presentan un conjunto de síntomas que responden claramente a la retirada del gluten de la dieta, reapareciendo rápidamente tras su reintroducción, sin que se aprecie daño mucoso en la biopsia intestinal«
De esta afirmación se desprende que las manifestaciones clínicas son claves, así como la recuperación tras la retirada del gluten de la dieta. Sin embargo, en los últimos años los estudios y la evidencia actual señalan que quizás el gluten no es el responsable de este cuadro clínico y habría que buscar entre otros componentes del trigo.
El Dr. Javier Molina es médico de Digestivo del Hospital Universitario de Cáceres, experto en Esofagitis Eosinofílica y en enfermedades digestivas causadas por la alimentación. En esta entrevista en Onda Celicidad, habla de los últimos estudios sobre la Sensibilidad al trigo/gluten no celiaca (SGNC)
También explica el Dr. Molina, que el tratamiento para los pacientes diagnosticados de SGNC puede ser diferente para cada paciente y que en algunos casos el trastorno revierte con el tiempo. Algo en lo que también está de acuerdo el Dr. Montoro, Digestivo del Hospital San Jorge en Huesca y actual Presidente de la Sociedad Española de Enfermedad Celiaca (SEEC).
Según el documento oficial del Ministerio de Sanidad -ya referido- «en los últimos años se han celebrado tres conferencias de consenso en el Reino Unido, Alemania e Italia en las que se ha definido las características clínicas de este síndrome y su proceso diagnóstico».
Algunos puntos clave que salieron de esas reuniones son los siguientes:
- El término «Sensibilidad al gluten no celiaca» es probablemente engañoso, dado que no es seguro que sea el gluten el desencadenante de los síntomas en estos pacientes. Los inhibidores de alfa-amilasa-tripsina (ATI), presentes también en el contenido proteico del trigo, podrían estar relacionados con esta sintomatología, así como los carbohidratos fermentables.
- Clínicamente provoca síntomas digestivos y extradigestivos que aparecen pocas horas después de la ingestión de gluten/trigo.
- El diagnóstico de la SGNC «es complejo y defe fundamentarse en los siguientes pasos»: descartar la celiaquía mediante las correspondientes investigaciones serológicas y estudio histológico de la mucosa duodenal, así como la alergia al trigo.
- Es necesario verificar la regresión de los síntomas tras la retirada del gluten de la dieta.
- Reproducir los síntomas tras la reintroducción de gluten en la dieta mediante una prueba de provoación doble-ciego controlada basada en la administración de gluten versus placebo durante una semana, y posteriormente, tras una semana de lavado, repetir la provocación mediante la administración de placebo versus gluten.
Intolerancias alimentarias
Explica la Dra. Fdez de Alba en el episodio 66 de Onda Celicidad que las intolerancias alimentarias son muy diferentes a las alergias alimentarias, y es fundamental distinguirlas.
«No tiene nada que ver ni el proceso que las desencadena, ni el tiempo de reacción, ni los síntomas», apunta la experta del Hospital La Inmaculada de Granada y autora del blog alergiafacil.com.
En el caso de las intolerancias alimentarias, el componente inmunológico desaparece. Y así explica la Dra. Ana Zugasti Murillo, en este artículo publicado en elsevier las intolerancias alimentarias: «son reacciones adversas a los alimentos en las que no media un mecanismo inmunológico».
El principal tratamiento para las intolerancias alimentarias «es eliminar el alimento en cuestión de la dieta habitual». Las más conocidas en la actualidad son la intolerancia a la lactosa, la intolerancia a la fructosa y también la histaminosis o déficit DAO.
Tras las intolerancias alimentarias puede haber diferentes causas, desde un problema metabólico (déficit de enzimas involucradas en el metabolismo de algún alimento como ocurre con la lactosa), hasta enfermedades que son capaces de causar esa intolerancia y que hacen que esta remita una vez que es tratada la enfermedad que la origina.
Las intolerancias alimentarias también pueden ser de origen genético, en estos casos, al no tratarse de un síntoma de una enfermedad requerirán de tratamiento de por vida. En Vivolabs, el laboratorio de referencia en análisis genéticos de celiaquía y de intolerancias alimentarias, realizan pruebas genéticas para comprobar si hay predisposición a desarrollar intolerancia a la lactosa e intolerancia a la fructosa. También estudian las variantes genéticas relacionadas con el Déficit DAO y la histamina. Más información, aquí.
Intolerancias: lactosa
La intolerancia a la lactosa se produce normalmente por el déficit de lactasa, una enzima que ayuda a descomponer la lactosa para que esta sea digerida.
Provoca todo tipo de síntomas digestivos y en ocasiones está asociada con la enfermedad celiaca. En estos casos, frecuentemente, la intolerancia a la lactosa revierte cuando el intestino delgado mejora y vuelve a producir lactasa con normalidad.
Intolerancias: fructosa
Ha aumentado mucho en los últimos años y en numerosas ocasiones es un síntoma de un trastorno digestivo o sistémico, como en el caso de la enfermedad celiaca, pero puede haber otros problemas: disbiosis, SIBO, etc.
Provoca síntomas digestivos variados.
Requiere de una dieta restrictiva pautada siempre por especialista.
Déficit DAO
Los pacientes carecen, en este caso, de la enzima denominada Diamino Oxidasa (DAO), encargada de eliminar la histamina presente en los alimentos.
Provoca problemas digestivos, cansancio, cefaleas, migrañas, síntomas respiratorios, dolores musculares, etc.
Se suele dar en mujeres.
Existe una variante genética relacionada con la disminución de la actividad de la enzima DAO.