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El Colon Irritable, o Síndrome de Intestino Irritable, es un trastorno que puede transcurrir  de manera paralela a la celiaquía, pero en muchos casos puede darse la situación de que un celiaco esté incorrectamente diagnosticado de colon irritable, «y después con un estudio pormenorizado, vemos que en realidad es celiaco y mejora con la dieta sin gluten«, señala el Dr. Cerpa, especialista en Digestivo de La Paz, en esta entrevista en el podcast Onda Celicidad, que puedes escuchar aquí.

El colon irritable es un trastorno crónico que evoluciona con recaídas y está caracterizado por la existencia de dolor abdominal y/ o cambios en el ritmo intestinal  que oscilan entre episodios de diarrea y estreñimiento. Además suele aparecer con distensión abdominal. Los síntomas del colon irritable coinciden con algunos de los síntomas típicos de la celiaquía, y se ha observado, especialmente en los últimos años, que muchas personas diagnosticadas de colon irritable también eran celiacos sin diagnosticar y sus síntomas remitían con la dieta sin gluten estricta.

Siempre se han considerado el síndrome de intestino irritable y la celiaquía, como trastornos diferentes y estancos, sin embargo la evidencia muestra que son muchos los puntos en común y en los últimos años diversos estudios han mostrado esa relación ya mencionada. También se ha visto que personas que no son celiacas, pero sí presentan sensibilidad al gluten, manifiestan los mismos síntomas que una persona diagnosticada de colon irritable. Así también es importante destacar que una persona puede padecer celiaquía y colon irritable o sensibilidad y colon irritable, es decir, pueden darse a la vez.

En palabras del Dr. Luis Rodrigo, experto en celiaquía, «el colon irritable es un cajón de sastre en el que se incluye a aquellos pacientes con problemas digestivos cuya causa clínica no ha sido hallada ya que no hay ninguna prueba que confirme el colon irritable, sino que es un diagnóstico más bien de exclusión».

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Y es que a día de hoy se desconocen las causas por las que se origina el colon irritable, aunque hay varias hipótesis. A veces se produce tras una infección intestinal bacteriana o por parásitos, pero en otras ocasiones se relaciona su aparición tras haber pasado una etapa complicada de estrés, explica el Dr. Cerpa en Onda Celicidad.

La explicación de esta última hipótesis es sencilla: cerebro e intestino están conectados y muchas veces un estado elevado de estrés hace que los nervios estén más activos y puede hacer que el intestino sea más sensible. También se relaciona con la permeabilidad intestinal.

Según la Sociedad Americana de Gastroenterología, entre el 10 y el 15% de las personas en EE.UU. tiene síntomas propios del colon irritable y este trastorno es el problema intestinal más común en esta especialidad. El Dr. Cerpa también señala que es el motivo más común de visita a la consulta de Digestivo.

Pero en muchos casos los pacientes celiacos (aún sin saber que son celiacos) son diagnosticados de colon irritable simplemente porque no se ha despertado en el profesional de la salud la sospecha de celiaquía. En palabras del Dr. Rodrigo, «los pacientes con colon irritable deberían ser estudiados para comprobar si el origen de todos estos síntomas es una celiaquía o una sensibilidad al gluten. En el caso de que la persona con colon irritable sea celiaca, el tratamiento es de sobra conocido: dieta sin gluten de forma estricta y de por vida.

Comparte opinión el Dr. Santos Santolaria, del Hospital San Jorge de Huesca, «cualquier síntomas digestivo o extradigestivo de causa inexplicada debe hacer pensar en celiaquía«.

El Dr. Cerpa, Digestivo del Hospital La Paz, en Madrid, está de acuerdo: “en ocasiones personas celiacas son diagnosticadas previamente de colon irritable, y cuando se hacen más estudios y se evidencia la celiaquía reciben el diagnóstico correcto”.

Pero esto no siempre es así,  también existe la posibilidad de que convivan ambas patologías, “puede darse una enfermedad celiaca que mejora con dieta sin gluten, pero también pueden darse a la vez síntomas propios del síndrome de intestino irritable”, apunta el Dr. Cerpa. El diagnóstico de colon irritable se hace por exclusión, “se deben hacer análisis en profundidad para descartar otras posibles causas a esos síntomas y si no encontramos nada, se diagnostica de síndrome de intestino irritable“, señala el especialista.

De cara al diagnóstico de enfermedad celiaca, el Dr. Cerpa insiste en la importancia de no retirar el gluten de la dieta por iniciativa propia. “Nos encontramos muy a menudo en la consulta con pacientes en estudio que ya han retirado el gluten y en esos casos es necesario totalmente volver a introducirlo”.

Ocurre lo mismo con la sensibilidad al gluten, que además de requerir una dieta sin gluten puede necesitar de otro tipo de restricciones y/o suplementos. En caso de que no cumpla los criterios para ser diagnosticado de celiaquía o sensibilidad al gluten, deberá atenerse a una serie de recomendaciones en la dieta. A día de hoy son muchas las personas diagnosticadas con este síndrome que han descartado celiaquía y sensibilidad al gluten, y sin embargo llevan una dieta exenta de gluten.

Recomendaciones de (FACE) para la alimentación de un paciente con Colon Irritable, son las siguientes:

  • Evitar comidas copiosas. Comer más a menudo y menos cantidad.
  • Comer despacio y masticar bien los alimentos.
  • Hacer una dieta pobre en grasas y rica en proteínas.
  • Aumentar la ingesta de agua (1,5-2 litros), especialmente si predomina el estreñimiento.
  • Evitar los alimentos que desencadenan los episodios de dolor abdominal.
  • Los más perjudiciales son especias, alcohol, sopas de sobre, cacao, derivados lácteos, quesos, yogurt, bollería, pasteles, helados, mantequilla, bebidas gaseosas…
  • Aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra, aunque no se puedan comer alimentos con gluten hay que buscar la fibra en otro tipo de alimentos.
  • Si predomina la diarrea, evitar los derivados lácteos, café, té y chocolate.
  • Evitar los alimentos flatulentos y las bebidas con gas: col, coliflor, garbanzos, lentejas, coles de Bruselas, cebollas, puerros, guisantes, frutos secos…
  • Realizar 30 minutos diarios de ejercicio físico suave, como caminar o nadar.
  • Practicar técnicas de relajación para combatir el estrés (algunos doctores achacan este síndrome a una situación de estrés o ansiedad).