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El Dr. Alberto Cerpa es especialista en Digestivo en el Hospital de La Paz (Madrid). Hablamos con él sobre colon irritable, enfermedad celiaca y celiaquía refractaria, entre otras cosas, en el episodio 30 de Onda Celicidad.

El colon irritable, apunta el Dr. Cerpa, es un diagnóstico muy habitual. «Es frecuente y aunque no supone un riesgo para la vida del paciente, sí puede ser realmente un problema para su calidad de vida». El diagnóstico de colon irritable «es complicado porque hay que descartar otras patologías que pueden tener síntomas similares y ver que el paciente cumple determinados criterios clínicos. Es entonces cuando se diagnostica el colon irritable y damos el tratamiento correspondiente», apunta.

Es fundamental, señala, que se haga un buen diagnóstico, «porque los síntomas pueden apuntar a otras patologías y hay que hacer las pruebas necesarias para saber si lo que le ocurre es un colon irritable u otra cosa. En ocasiones hemos visto celiacos diagnosticados de colon irritable, pero también es importante destacar que una persona con celiaquía puede tener a su vez colon irritable».

Y en ocasiones, especialmente en adultos, el diagnóstico de celiaquía comienza a ser complejo «desde la sospecha, a veces son síntomas tan inespecíficos, o tan leves que es muy difícil pensar en celiaquía en determinados casos», asegura.

Y es que los síntomas de la celiaquía pueden ser digestivos y extradigestivos. «No siempre son una diarrea, la celiaquía es sistémica y puede afectar a casi cualquier órgano del cuerpo, hay que estar muy pendientes de los síntomas también extradigestivos».

En ocasiones un análisis de sangre puede dar signos que alerten al profesional. «El gluten provoca el daño en las vellosidades intestinales que dejan de absorber correctamente los nutrientes y aparecen déficits de vitaminas, minerales. La anemia ferropénica es muy habitual, pero también hay otros déficits nutricionales habituales en celiacos, que pueden llevar a problemas como osteoporosis».

Si el médico sospecha de la enfermedad celiaca comienza el complejo proceso diagnóstico. «Es muy importante que se hagan todas las pruebas y que el paciente llegue a estas pruebas consumiendo gluten. En ocasiones los resultados de las pruebas no son del todo claros y se debe ver en su conjunto».

Y es que sabemos que puede haber celiacos seronegativos, «por distintas razones hay personas que no elevan anticuerpos: puede que estén al inicio de la enfermedad, pero puede ser justo lo contrario, que tengan tanta atrofia vellositaria que no elevan anticuerpos», explica el experto.

La prueba genética de celiaquía tiene un alto valor predictivo negativo, «sin embargo cuando es positiva, solo nos dice que hay riesgo de celiaquía, pero por sí sola no confirma el diagnóstico».

En cuanto a la biopsia intestinal esta también puede suponer dudas. «Un Marsh 1 no siempre es enfermedad celiaca, pero incluso una atrofia vellositaria puede ser provocada por otras patologías o por otras circunstancias. No hay ninguna lesión que sea exclusiva y característica solo de la enfermedad celiaca, por eso es fundamental ver todas las pruebas en su conjunto».

Y a veces, en caso de duda, se puede recurrir a la citometría de flujo para tener el linfograma intraepitelial. «Para el paciente no supone nada diferente a la biopsia intestinal. Una vez extraídas las muestras, las sometemos a otra técnica que nos permite ver si se cumple con el patrón de linfocitos intraepiteliales propio de la celiaquía. Si es así, no hay duda».

Esta prueba, disponible en el Hospital La Paz y en muchos otros, también se recomienda en pacientes que han retirado el gluten previamente, sin tener que recurrir a la reintroducción del gluten.

Celiaquía Refractaria

En ocasiones, explica el Dr. Cerpa, «puede haber otros problemas que hagan que el paciente no mejore a pesar de estar correctamente diagnosticado y hacer la dieta sin gluten correctamente: intolerancias alimentarias, sibo, otras patologías asociadas como puede ser una colitis microscópica,etc». Sin embargo, aunque en un porcentaje muy bajo, también puede haber celiaquía refractaria.

«Si se comprueba que el paciente hace correctamente la dieta, porque esta suele ser la principal razón de que no haya recuperación, hay que sospechar una celiaquía refractaria porque es fundamental diagnosticarla cuanto antes. Especialmente la celiaquía refractaria tipo 2. La denominamos «precáncer» porque puede malignizar y es primordial diagnosticarla y tratarla cuanto antes», afirma Cerpa.

IMAGEN DE PORTADA: Extraída de la web de la Organización Médica Colegial de España.