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A día de hoy la enfermedad celiaca no se cura. Imposible, desafortunadamente. Pero sí se trata. El único tratamiento eficaz en la actualidad es la dieta sin gluten estricta y de por vida para todas las personas diagnosticadas de celiaquía. Y decimos «actualidad» porque son numerosos los intentos que se están haciendo para tratar de prevenirla y de curarla.

Esta semana podíamos leer en el Diario de Sevilla una información sobre una nueva vía que se está estudiando para tratar de curar la enfermedad celiaca. Se trata de ingeniería de proteínas para degradar el gluten y que el sistema inmunológico del celiaco no actúe frente a él ocasionando los daños intestinales que produce.

Así nos lo cuentan desde el Diario de Sevilla:

«Estudiantes de la Universidad de Washington trabajan en el diseño de una nueva proteína, una proteasa, capaz de digerir correctamente el gluten.

Las proteasas son enzimas proteolíticas que utilizan complejos mecanismos catalíticos para degradar a otras proteínas, es decir, para romper los enlaces químicos que mantienen unidos los eslabones con los que están hechas las proteínas: los aminoácidos.

Nuestro organismo, tras haber ingerido alimentos, secreta una variedad de proteasas al tubo digestivo, como la pepsina, la tripsina o quimotripsina. Éstas van a degradar todas aquellas proteínas presentes en esos alimentos, dando lugar, entre otras cosas, a los productos derivados del gluten. La nueva proteasa rompería esas moléculas de gliadina que los celíacos son incapaces de degradar por sí mismos»

El equipo de investigadores de la Universidad de Washington, para continuar con la investigación, ha creado una empresa biotecnológica llamada PvP Biologics publicó en septiembre de 2018 la última información al respecto: comenzaban los primeros ensayos clínicos en humanos con esta proteasa, «una enzima recombinante de ingeniería única que es activa en condiciones estomacales ácidas y tiene una alta especificidad para el gluten, causante de la reacción autoinmune que conduce a la enfermedad celíaca.

Los ensayos clínicos en humanos, en Fase 1, estudiarán la seguridad y la tolerabilidad y la farmacodinámica. Para ello han seleccionado un grupo de 80 personas de dos lugares: uno de ellos es en la Universidad de Michigan, con pacientes sin enfermedad celiaca y el otro grupo procede de Anaheim, con voluntarios también sin enfermedad celiaca y voluntarios con enfermedad celiaca confirmada mediante biopsia intestinal y con una dieta sin gluten estricta.

Desde la empresa biotecnológica, insisten en la necesidad de encontrar alguna opción para ayudar a los celiacos, «actualmente el único tratamiento disponible para pacientes celiacos es una dieta sin gluten que puede ser difícil de mantener debido a las pequeñas contaminaciones cruzadas. Para los pacientes que intentan hacer una dieta estricta pero que puedan transgredirla por contaminaciones accidentales, nuestra proteína tiene el potencial de degradar las partes inmunorreactivas del gluten antes de que salgan del estómago para disminuir la respuesta inmune y reducir tanto los síntomas como el daño intestinal asociado a la enfermedad celiaca».

Este comunicado se emitió en septiembre de 2018, al inicio de la Fase 1, habrá que esperar los resultados de este primer estadio.