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Celiaquía y Diabetes tipo I guardan una estrecha relación según los expertos. De hecho la Asociación Americana de Diabetes (ADA), recomienda realizar las pruebas de la celiaquía en los 5 primeros años posteriores al diagnóstico de la diabetes tipo 1, y después realizarlas cada tres años. Los diabéticos son uno de los grupos de riesgo de celiaquía. Ambas son enfermedades autoinmunes. 

La diabetes tipo I, al igual que la celiaquía, es una enfermedad de carácter autoinmune. La prevalencia a nivel mundial de la diabetes tipo I no deja de aumentar y algunos estudios señalan que anualmente llega a darse un incremento del 5% a nivel mundial. Se desconoce las causas por las cuales se origina esta enfermedad, pero en la actualidad asistimos a un aumento tanto de la diabetes tipo I como de la diabetes tipo II. Según datos de ADA, un 4,4% de los pacientes de diabetes tipo I son también celiacos y en muchas ocasiones esta segunda enfermedad aún la desconocen.

Celiaquía y Diabetes Tipo I

Celiaquía y Diabetes Tipo I van en muchas ocasiones de la mano. Según los datos del Dr. Luis Vaquero, del Hospital de León, entre el 3 y el 8% de los pacientes con Diabetes Tipo I presentan también enfermedad celiaca, elevando la cifra recogida por ADA. Por otro lado el Protocolo de Diagnóstico Precoz de la Enfermedad Celiaca, publicado en 2008 por el Ministerio de Sanidad, también recoge una cifra sobre la asociación entre celiaquía y diabetes tipo I, e indica que entre el 5 y el 6% de los pacientes con diabetes tipo I también presentan celiaquía. Este protocolo incluye la diabetes tipo I de nuevo como un grupo de riesgo de celiaquía y señala:

  • Grupos de riesgo: Existen diferentes enfermedades y condiciones que son grupos de riesgo de celiaquía, y cuyos pacientes deberían ser estudiados. Hablamos especialmente de familiares de primer grado y otras enfermedades autoinmunes como la diabetes Tipo I y el hipotiroidismo, o personas con Síndrome de Down.

Recomendación que se realiza desde España y también desde ADA. Éstos últimos señalan la necesidad de controlar de manera más exhaustiva si se produce el desarrollo de la celiaquía en los pacientes diagnosticados de diabetes tipo 1 especialmente en los primeros años del diagnóstico. De hecho un estudio reciente realizado con la colaboración de ADA muestra que pacientes celiacos a los que se les introdujo una ingesta controlada de gluten tenían mayor cantidad de anticuerpos pancreáticos (denominados ICA y vinculados con la producción de insulina), que aquellos celiacos no expuestos al gluten. Esto ha llevado a los responsables a barajar la posibilidad de que los pacientes con diabetes tipo 1 «con mal control metabólico» puedan ser celiacos no diagnosticados. De ahí que sea tan necesario un control y un seguimiento, ya que una diabetes tipo 1 sumada a un diagnóstico de celiaquía complicaría aún más la calidad de vida del paciente.

celiaquía y diabetes tipo I

Además celiaquía y diabetes tienen varios puntos en común:  ambas son enfermedades autoinmunes, son crónicas, es decir no se curan y ambas permiten una calidad de vida saludable siempre y cuando estén diagnosticadas y bien controladas, en el caso de la celiaquía con una adecuada dieta sin gluten que ha de ser estricta y de por vida, y un seguimiento por parte del profesional de la salud. 

Así la diabetes tipo 1 viene a sumarse a la lista de enfermedades asociadas con la celiaquía de las que ya os hemos hablado en otros artículos de nuestra web.

Diabetes Tipo I

Se trata de una enfermedad de carácter autoinmune. Aunque su origen exacto se desconoce, se sabe que afecta más a niños, adolescentes y adultos jóvenes. La diabetes tipo I se produce porque nuestro cuerpo ataca por error las células que producen la insulina del páncreas y ésta hormona, la insulina, es imprescindible para movilizar el azúcar de la sangre hasta las células, la glucosa. Una vez que la glucosa llega a las células se almacena y después se usará para obtener energía. Sin embargo si no se produce la insulina suficiente la glucosa no entra en las células y se produce la denominada hiperglucemia que supone un cuadro sintomatológico que incluye sed, hambre, cansancio, visión borrosa, micciones frecuentes, etc.

Diabetes Tipo II: epidemia actual

Una vida sedentaria y unos hábitos alimenticios poco saludables, son los responsables de que la Diabetes Tipo II esté alcanzando cifras de epidemia en la actualidad. A diferencia de la diabetes tipo I, la Diabetes Tipo II se desarrolla lentamente en el tiempo motivada por estos malos hábitos de vida. Suele darse en personas con sobrepeso u obesidad debido a que el aumento de la grasa impide al cuerpo utilizar correctamente la insulina que produce.

Al estar asociada a un estilo de vida determinado, este tipo de Diabetes podría controlarse cambiando ese estilo de vida, aunque evidentemente la genética y los antecedentes familiares juegan un papel fundamental, pero con una vida más activa, una alimentación sana y variada, el abandono del alcohol, el tabaco y una higiene del sueño correcta puede llegar a retrasar la aparición de la Diabetes Tipo II.