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Las Colitis Microscópicas y la Celiaquía, son enfermedades que guardan cierta relación y que requieren de un diagnóstico temprano para comenzar su correspondiente tratamiento. En el caso de la Celiaquía este será únicamente dietético –dieta sin gluten estricta-, y lo ideal es que sea pautado al inicio por un Dietista o Nutricionista especializado en Celiaquía. En el caso de las Colitis Microscópicas requerirán también tratamiento farmacológico.

La Colitis Microscópica es un tipo de enfermedad caracterizada por la inflamación de la mucosa del intestino grueso que suele cursar, entre otros síntomas, con diarrea crónica y que guarda relación tanto con la Enfermedad Celiaca como con otras entidades de tipo reumático o tiroideo. Dentro del término Colitis Microscópica, explica la Dra. Gros en el episodio 93 de Onda Celicidad, encontramos dos patologías diferentes: la colitis linfocítica y la colitis colágena. Al tratarse de enfermedades que cursan con infamación intestinal forman parte del grupo denominado Enfermedad Inflamatoria Intestinal, junto a la colitis ulcerosa y a la Enfermedad de Crohn.

La inflamación que aparece en el intestino grueso en la Colitis Microscópica no se ve a simple vista a través de una colonoscopia como ocurre con otras afecciones, sino que necesita verse a través del microscopio, de ahí el término Colitis Microscópica.

Su origen aún se desconoce, aunque todo apunta a que es una enfermedad multifactorial con un componente genético y factores ambientales implicados. El tabaquismo es un factor de riesgo. Es más frecuente en mujeres y suele aparecer a partir de los 50 (aunque también hay pacientes más jóvenes e incluso casos en edad pediátrica).

Colitis Microscópica: síntomas

El principal síntoma de la colitis microscópica -sea colágena o linfocítica- es la diarrea crónica y acuosa. Esta puede tener una evolución incluso de años y suele ser intermitente en la mayoría de los casos, alternando épocas de diarrea con otras de normalidad. Los pacientes de Colitis Microscópica suelen tener deposiciones líquidas, entre 5 y 6 veces al día, y normalmente ninguna durante la noche. Estas deposiciones pueden contener moco y habitualmente no contienen sangre.

Esta diarrea crónica suele ir acompañada de otros síntomas digestivos como dolor abdominal, náuseas, gases, pérdida de peso en ocasiones. Estos síntomas son síntomas que también y con matices, pueden ser síntomas compatibles con Enfermedad Celiaca.

Colitis Microscópica: diagnóstico

Además de la correspondiente revisión del historial médico, la prueba más determinante para diagnosticar Colitis Microscópica es la colonoscopia, aunque en este caso con recogida de muestras de tejido de la mucosa intestinal para ser examinadas bajo microscopio. Y es que la colonoscopia en un paciente con Colitis Microscópica puede parecer normal en la mayoría de los casos.

En el caso de una colitis colágena, a través del microscopio se podrá ver que la capa de colágeno de la mucosa intestinal tiene en estos pacientes al menos 10 micrómetros de grosor, mientras que en pacientes sanos la capa de colágeno de la mucosa intestinal tiene menos de 5 micrómetros.

En lo referente a la colitis linfocítica, el microscopio detecta incremento de linfocitos de hasta cuatro o cinco veces mayor que en las personas sanas.

Colitis Microscópica: tratamiento

El tratamiento de la Colitis Microscópica no está aún bien definido y está encaminado a paliar la sintomatología. Dependerá también de la gravedad de esta misma.

Lo más frecuente es recurrir a antidiarreicos y en caso de estar tomando antiinflamatorios no esteroideos (AINE) suspender su consumo.

Se puede recurrir, si no hay respuesta con esta alternativa, al uso de corticoides que actúan localmente en la mucosa intestinal.

Si el cuadro persiste existen otras alternativas terapéuticas que pasan por el uso de saliciltatos o esteroides con efecto sistémico.

Es fundamental si los síntomas persisten descartar que no haya otras patologías que puedan estar ocasionando o agravando la clínica, entre ellas la Enfermedad Celiaca, pero también puede haber parasistosis intestinales, infecciones, alteraciones tiroideas, otras patologías que cursan con inflamación intestinal, etc.

Como con otras patologías que cursan con síntomas digestivos, concretamente diarrea, la alimentación es clave para tratar de ayudar a paliarla y en estos casos se recomienda siempre acudir a un profesional de la Nutrición.

Colitis Microscópica y Celiaquía

Es relativamente frecuente la asociación entre Colitis Microscópica y Celiaquía. De hecho un artículo publicado en 2006 por especialistas del Hospital Virgen del Rocío en Sevilla, ya ponía el foco en esta relación entre ambas patologías.

Sin embargo hasta el momento no se han llevado a cabo grandes estudios que permitan entender mejor la relación entre Colitis Microscópica y Celiaquía y conocerla en detalle.

Aún así, en 2024, un estudio sueco arrojaba luz en este sentido. Para este estudio se contó con un total de 45.138 pacientes diagnosticados de Celiaquía (confirmada con biopsia intestinal), 223.149 personas de referencia y 51.449 hermanos de pacientes de Celiaquía.

Para los responsables del estudio -que se puede ver en detalle aquí– tanto la Enfermedad Celiaca como la Colitis Microscópica están relacionadas y en su desarrollo comparten tanto factores genéticos como factores ambientales. Los resultados del estudio «subrayan que la concomitancia de estos diagnósticos debe considerarse en los casos en los que los síntomas gastrointestinales continúan o recurren, a pesar de la dieta sin gluten».

Colitis Microscópica: Enfermedad Celiaca No Respondedora

El actual Protocolo de Diagnóstico Precoz de la Enfermedad Celiaca define la Enfermedad Celiaca No Respondedora como una «entidad clínica definida por la persistencia de síntomas digestivos y/o extradigestivos, signos o anormalidades de laboratorio típicas de celiaquía, a pesar de la adherencia a la dieta sin gluten, por un periodo comprendido entre 6 y 12 meses». 

Una vez que el paciente es considerado «no respondedor», el citado documento recoge un algoritmo de pruebas para intentar llegar a la causa de la «no respuesta». El primer paso es confirmar el diagnóstico de Celiaquía. En segundo lugar es fundamental revisar la adherencia a la dieta sin gluten ya que las pequeñas transgresiones son la razón número 1 de la falta de respuesta a la dieta sin gluten.

De ahí que sea tan importante la figura del Dietista o Nutricionista especializado en Enfermedad Celiaca y Dieta sin gluten, para ayudar al paciente a revisar correctamente su alimentación si está en esta situación.

A partir de ahí se recomienda intentar descartar otras patologías y entidades asociadas a la Celiaquía que podrían estar explicando la persistencia de los síntomas, entre ellas la Colitis Microscópica.