La población celiaca es del 1%, pero se calcula que un 75% de los celiacos en España están sin diagnosticar, y un diagnóstico temprano es clave para evitar problemas mayores que pueden surgir con el tiempo. Hace años, la celiaquía era una enfermedad vinculada a la infancia, por eso si un niño no era diagnosticado de pequeño, aunque después presentase síntomas, los médicos no pensaban en celiaquía. Las cosas han cambiado, por suerte. Lo que sigue siendo complicado es transmitirle a un pequeño que no puede comer igual que sus amiguitos.
Y lo que también es muy importante es que los compañeros y amigos del pequeño celiaco, sepan también lo que es la celiaquía, para que no se cree entre ellos diferencias que puedan llevar a complicaciones mayores. Los psicólogos explican que los niños son capaces de asimilar los cambios “de manera muy natural siempre y cuando se les expliquen”. Es decir, que son niños, pero no son tontos y no les sirven las mentiras o las verdades disfrazadas. Es mejor sentarse y explicarles lo que les ocurre de forma que ellos lo puedan entender. Y para eso podemos recurrir a dos estupendos cuentos estupendos que ayudarán a los padres en esta labor.
El Regalo De Lola. Lola es una niña que desde pequeñita ha sufrido problemas de estómago hasta que con cinco años el médico le dice que no tolera el gluten. Ella se asusta, le da miedo lo que el malvado gluten esté haciendo dentro de ella. Pero sus padres pronto le explican que lo único que va a cambiar en su vida es la alimentación, y que hay un montón de alimentos deliciosos que ella puede tomar y que tomándolos se sentirá estupendamente. El libro lo podéis encontrar aquí. Está cargado de optimismo y explica claramente a los pequeños dónde reside el gluten mientras les conciencia en la importancia de que sean responsables de su alimentación.
El otro cuento que encontramos en el mercado es “Celia y la fiesta de las galletas”. En este caso, Celia es una pequeña a punto de atiborrarse a galletas… cuando de repente y de manera inesperada éstas cobran vida y le cuentan a Celia cómo alimentarse para sentirse sanas.
Con estos cuentos los pequeños se acercarán a la enfermedad sin miedo. Es una primera toma de contacto que allanará el camino para después concienciarles de lo importante que es que tomen los productos sin gluten, porque es la manera en la que se sentirán fuertes y sanos para poder jugar, estudiar y divertirse. Es importante recordarles los síntomas que podrían tener si se saltan la dieta, no para que tengan miedo, sólo para que sepan qué es lo que hay que evitar. Y la manera de que estas molestias no aparezcan tiene fácil solución, comer sólo aquellos productos que mamá y papá controlen.
A medida que el niño va creciendo irá aprendiendo qué puede y que no puede tomar dando lecciones a los mayores en muchas ocasiones. También es fundamental hablar con el colegio, explicar lo que supone la celiaquía tanto desde el punto de vista físico como desde el punto de vista psicológico. Los profesores tienen un importante papel en las relaciones que los pequeños establecen con sus compañeros, y tienen que contribuir a que los pequeños entiendan algo tan sencillo como que uno de sus compañeros tiene que comer de manera diferente. Por lo demás es un niño como todos. Es incluso mejor, es un niño diagnosticado en un momento perfecto, ya que el gluten no habrá podido causarle grandes daños y además está demostrado que el diagnóstico desde pequeño ayuda a que al crecer sean celiacos más responsables.
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