- Imagen adaptativa

La enfermedad celiaca es una enfermedad de base autoinmune y por tanto se asocia al resto de patologías autoinmune. Entre ellas destaca el Hipotiroidismo de Hashimoto considerado grupo de riesgo de enfermedad celiaca. Hablamos con la Dra. África Villarroel, Endocrinóloga y autora del blog «Cómo entender a tu endocrino», de ambas patologías, de diabetes y de obesidad. A la Dra. Villarroel la podéis (y os va a encantar) seguir en sus redes sociales donde también cuelga información médica relevante sobre su especialidad. 

– ¿Cuál es la función principal de la glándula tiroides?

-El tiroides es una glándula con forma de mariposa, localizada en la parte anterior del cuello, justo por debajo de “la nuez de Adán” o cartílago tiroides. Tratando de simplificar algo tan complejo, digamos que en ella se producen las hormonas tiroideas, que son las encargadas de regular el metabolismo, el crecimiento y desarrollo y funciones tan básicas como la producción de energía y calor.

Además, las hormonas tiroideas influyen también en la frecuencia cardíaca, el nivel de colesterol, el peso corporal, la
fuerza muscular, la piel, la regularidad menstrual, la fertilidad, la memoria y muchas otras actividades importantes.

Cuando funciona bien, ni nos enteramos de que existe, todo fluye a la perfección y no reparamos en su importancia, pero cuando aparece una disfunción, por exceso en la producción de hormonas tiroides (hipertiroidismo) o por defecto (hipotiroidismo)…entonces sí nos hacemos conscientes de su importancia, es como respirar, no nos damos cuenta de que lo hacemos hasta que algo va mal con los pulmones o el corazón. 

 

 

– ¿Cuáles son las señales de alerta de que nuestoa tiroides está funcionando de forma incorrecta?

El abanico de posibles síntomas derivados de una disfunción tiroidea es amplísimo: cansancio, “exceso” de actividad, modificaciones en el peso, trastornos del ánimo, trastornos del sueño, síntomas cognitivos (pudiendo afectar a la atención, concentración, memoria etc), problemas cutáneos, síntomas digestivos, alteraciones en la temperatura corporal, dolor, trastornos menstruales, infertilidad y muchos más.

Además, algunos síntomas son “compartidos” con otras disfunciones o patologías, por lo que, si no se piensa en ello, puede ser complicado diagnosticar un problema tiroideo.

 

«Algunos síntomas son compartidos con otras disfunciones o patologías, por lo que, si no se piensa en ello, puede ser complicado diagnosticar un problema tiroideo».

– ¿Cuáles son las patologías más frecuentes relacionadas con la tiroides?

De forma muy general, cuando el tiroides produce menos hormonas de las necesarias nos encontraremos ante un Hipotiroidismo, y cuando el tiroides produce más hormonas de las necesarias nos encontraremos ante un Hipertiroidismo.

Ambas disfunciones pueden tener distintos orígenes (trastornos autoinmunes, déficit o exceso de yodo, cirugías etc) Estas no son las dos únicas alteraciones que pueden producirse sobre la glándula tiroides, pero sí las más frecuentes.

En nuestro medio la disfunción tiroidea más frecuente es el hipotiroidismo primario autoinmune por Tiroiditis de Hashimoto, que explicado de forma breve, consiste en la inflamación de la glándula tiroides secundaria a la agresión por parte de anticuerpos antitiroideos en el contexto de un proceso autoinmune, y que en un gran número de casos acabará produciendo disminución en la producción de hormonas tiroideas e incluso atrofia del tejido tiroideo.

«Para que el sistema inmune falle, debe existir predisposición genética, factores ambientales que provocan la aparición de los anticuerpos y potenciadores de la respuesta inmune»

«En los últimos años hemos visto que una de las formas en las que los potenciadores entran en el organismo es a través de un intestino dañado, un intestino permeable»

«Cuando hay una enfermedad autoinmune es relativamente frecuente que puedan asociarse varias alteraciones con este mismo origen»

El sistema inmune es el que, en general, nos defiende de bacterias, virus, proteínas extrañas…que potencialmente pueden agredir a nuestro organismo. Cuando existe un fallo en el sistema inmune, pueden generarse «defensas» (anticuerpos), frente a distintas partes de nuestro organismo, y estos anticuerpos pueden producir inflamación y disfunción a varios niveles, uno de ellos es la glándula tiroides.

Para que el sistema inmune falle, debe existir, por un lado, predisposición genética (es decir, que los genes que regulan el funcionamiento del sistema inmune tengan una alteración que predisponga a que éste falle y genere «defensas» frente a proteínas de nuestro organismo para que el trastorno se desarrolle), por otro factores ambientales que provoquen la aparición de esos anticuerpos (y con respecto a esos factores hay muchas teorías: se han implicado tóxicos ambientales, alimentarios, virus (como el Epstein- Barr)…pero no hay ninguna evidencia científica potente aún) y, por último, una mayor facilidad para que los distintos «disparadores» o potenciadores de la respuesta inmune, lleguen a nuestra sangre y pongan en marcha el proceso, y en los últimos años se ha visto que, una de las formas en las que estos «disparadores» entran en nuestro organismo, es a través de un intestino dañado, un intestino permeable.

Cuando existe una enfermedad o alteración autoinmune, es relativamente frecuente que puedan asociarse varias alteraciones, disfunciones o enfermedades con este origen.

-Sabemos que las personas con Hashimoto son grupo de riesgo de celiaquía, ¿conviene siempre descartar celiaquía a un paciente con Hashimoto?

-Rotundamente sí, como decía más arriba, cuando una persona padece una alteración autoinmune, es relativamente frecuente que pueda presentar otras disfunciones o enfermedades con este origen.

Así, sabemos que la prevalencia (es decir, la proporción de individuos de un grupo o una población que presentan una característica o evento determinado) de la Tiroiditis de Hashimoto en la población general es del 2-5 % (dependiendo de si hablamos  de Tiroiditis de Hashimoto con Hipotiroidismo franco o subclínico respectivamente), mientras que en personas celiacas puede llegar al 10 %, es decir, que de cada 100 celiacos 10 pueden presentar esta patología tiroidea, y teniendo en cuenta la importancia de un diagnóstico precoz, merece la pena, y mucho, realizar un despistaje periódico en estos pacientes, así como también debe realizarse despistaje de disfunciones tiroideas de origen autoinmune (especialmente tiroiditis de Hashimoto) en todas las personas celiacas.

«La prevalencia de la Tiroiditis de Hashimoto en celiacos puede llegar al 10%; es decir, por cada 100 celiacos, 10 pueden presentar esta patología»

«Por esta razón merece mucho la pena, realizar un despistaje periódico en estos pacientes, así como realizar despistaje de funciones tiroideas de origen autoinmune en personas celiacas»

– ¿Cómo se diagnostica y cómo se trata el hipotiroidismo?

Como comentaba anteriormente, para diagnosticar una patología o disfunción lo fundamental es pensar en ella, así que lo prioritario es escuchar al paciente y sospecharla, una vez que lo sospechamos, la confirmación nos llegará mediante la solicitud de un perfil tiroideo, que idealmente debería incluir la determinación de TSH, T4 libre, T3 libre y, si es posible, T3 reversa, además de una determinación de anticuerpos antitiroideos. Es muy recomendable también la realización de una exploración de la glándula tiroidea, tanto mediante palpación como, si procede, mediante la realización de una Ecografía tiroidea.

Con respecto al tratamiento, lamentablemente en la actualidad no disponemos de tratamientos dirigidos a la base del problema (el fallo en la autoinmunidad) suficientemente efectivos, de modo que en caso de que se detecte un hipotiroidismo franco, un mal llamado hipotiroidismo subclínico con síntomas (subclínico por definición implica que el paciente no presente síntomas sugestivos de hipotiroidismo, pero aún se habla de subclínico cuando la TSH está discretamente elevada y la T4 libre y T3 libre dentro del rango del laboratorio, sin tener en cuenta los síntomas) y/o el paciente se encuentre en una situación especial en la que sea recomendable tratar para mantener unos niveles óptimos de TSH (mujeres que buscan gestación, gestantes o en periodo de lactancia, niños etc), solemos iniciar tratamiento sustitutivo con hormona tiroidea, habitualmente con Levotiroxina, aunque existen otras opciones en caso de que con ella no sea suficiente (en otros países es habitual tratar el hipotiroidismo con Tiroxina y Liotironina o con NTD)

Además, es posible mejorar/modular la autoinmunidad mejorando nuestros hábitos, administrando distintos suplementos y/o con el uso de la microbioterapia.

-Hace poco escribías un interesante artículo en el que pedías a los pacientes no eliminar el gluten antes de recibir un diagnóstico certero bien de celiaquía, sensibilidad al gluten no celiaca o alergia al trigo. ¿es un caso muy habitual en consulta? ¿qué hacéis en estos casos?

-Sí, hoy día es frecuente que nos lleguen pacientes que ya han retirado el gluten de su alimentación antes de confirmar o descartar una patología relacionada con el gluten.

Lamentablemente, esta situación suele deberse a que el paciente lleva meses o años sintiéndose mal sin un diagnóstico, lo que le ha llevado a informarse por su cuenta con mayor o menor rigor y a tomar esta decisión, cuando lo ideal sería que, en el momento en que sus síntomas empiezan, un profesional sanitario hubiera pensado en esta posibilidad e iniciado el proceso diagnóstico, ya que una vez que se inicia la dieta sin gluten, llegar a un diagnóstico puede ser más complicado.

«Hoy en día es frecuente que lleguen pacientes a la consulta que han retirado ya el gluten. Esto se debe a que el paciente lleva meses o años sintiéndose mal. Lo ideal sería que en el momento que comienzan los síntomas, un profesional sanitario hubiera pensado en esta posibilidad e iniciado el proceso diagnóstico»

En la actualidad contamos con medios diagnósticos que permiten detectar la celiaquía en personas que ya no consumen gluten por el motivo que sea, pero desafortunadamente aún no se realizan de rutina ni están disponibles en todos los centros.

«Es frecuente que al eliminar el gluten y mejorar progresivamente la absorción intestinal, las necesidades de tiroxina disminuyan, el perfil tiroideo se optimice y el paciente se encuentre mejor»

-Existe la creencia que si ambas patologías coexisten, la tiroides mejora con la dieta sin gluten, ¿verdad, media verdad o totalmente incierto?

-Totalmente cierto: cada vez existe más evidencia a este respecto, y es frecuente que al eliminar el gluten y mejorar progresivamente la absorción intestinal, las necesidades de tiroxina disminuyan, el perfil tiroideo se optimice y el paciente se encuentre mejor, tanto por la mejora en el perfil tiroideo como por dejar de consumir una proteína que puede estar ocasionando daños a nivel sistémico, no sólo digestivo. 

-Se habla incluso de que una dieta sin gluten, aunque no seas celiaco ni sensible, puede mejorar otras patologías como las relacionadas con la tiroides. ¿es cierto?

Este es un tema controvertido, con publicaciones tanto a favor como en contra, pero va habiendo evidencia científica a favor de que, teniendo en cuenta el potencial efecto del gluten sobre la permeabilidad intestinal y sobre la autoinmunidad en pacientes genéticamente predispuestos, retirar el gluten en personas con ciertas patologías podría tener un efecto beneficioso.

-Sabemos que requiere siempre de medicación, pero ¿existen pautas para ayudar a controlar el hipotiroidismo, hábitos que ayuden a mejorar la patología?

-El mantener unos hábitos de vida saludables (lo que incluye una dieta libre de azúcares y de alimentos procesados y precocinados, la realización de actividad física diaria etc), un sueño reparador, una adecuada gestión del estrés, cuidar nuestra microbiota (esto daría para hablar largo y tendido), otras técnicas como la exposición al frío o el contacto con la naturaleza, además de como comentaba más arriba, el uso de ciertos suplementos y/o de microbioterapia, pueden ayudar, y mucho, a mejorar los síntomas y mantener la autoinmunidad “a raya”, y de forma secundaria, a mejorar las disfunciones de origen autoinmune, incluyendo las disfunciones tiroideas.

-Los endocrinos también tratáis la diabetes, la gran epidemia del siglo XXI, y también asociada a la celiaquía, ¿se hace también screening de celiaquía a diabéticos tipo 1?

-Sí, ambas disfunciones tienen un origen autoinmune, de modo que es relativamente frecuente la coexistencia de ambas patologías, por lo que debe realizarse screening periódico de celiaquía a todos los diabéticos tipo 1…y viceversa.

-Las cifras de diabetes tipo 2 se están disparando y muchos pacientes no tienen diagnóstico, ¿cuáles son las consecuencias de un diagnóstico tardío de diabetes tipo 2?

-La diabetes tipo 2 “no duele”, es decir, no produce síntomas claros hasta que los niveles de glucosa son muy elevados y/o se mantienen elevados durante meses-años, pero a lo largo de ese periodo, los elevados niveles de insulina y glucosa van afectando al organismo a distintos niveles, de modo que, si no se previene, o una vez que aparece no se detecta a tiempo, en el momento del diagnóstico pueden estar presentes ya ciertas complicaciones como la afectación ocular, renal o cardiovascular.

 

Además, la diabetes tipo 2 parece ser un factor de riesgo para otras patologías graves, incluyendo procesos oncológicos como el cáncer de páncreas, hígado, endometrio, colon, mama y otros.

De modo que lo fundamental es la prevención de esta patología mediante la promoción y seguimiento de hábitos de vida saludables para evitar que aparezca, pero también es importante la realización de controles periódicos para evitar diagnósticos tardíos, así como evitar minimizar esta patología con comentarios como “tiene usted un poquito de azúcar” …la diabetes se tiene o no se tiene.

-Comienza a haber incluso casos de niños, que no tienen diabetes tipo 1, sino tipo 2. ¿Qué es lo que se está haciendo tan mal?

-En las últimas décadas y debido a distintos motivos (culturales, sociales, laborales etc) vivimos en un ambiente “obesogénico” favorecedor de la aparición de patologías tan serias como la Obesidad, la Resistencia a la insulina, la Prediabetes o la Diabetes tipo 2, en el que se tienden a consumir productos en lugar de alimentos y en el que la vida es cada vez más sedentaria.

Esto, lamentablemente también afecta a nuestra descendencia: nuestros hijos cada vez comen peor y se mueven menos, lo que está provocando que en niños muy pequeños estemos detectando patologías que hasta hace no demasiado tiempo eran prácticamente exclusivas de los adultos, como la resistencia a la insulina, la obesidad o la diabetes tipo 2.

La solución pasa por reaprender a comer bien, moverse más…y transmitirlo a nuestros hijos.

-La diabetes tipo 2 guarda una clara relación con la obesidad, otro de los grandes problemas de salud pública. ¿cómo ayudáis desde la consulta a los pacientes con obesidad a atajar este problema?

Fundamentalmente promoviendo un cambio profundo en los hábitos de alimentación y estilos de vida, ya que las dietas, entendidas como cambios puntuales con el objetivo de perder “x” Kg no funcionan.

Así, debemos concienciar sobre la importancia de mantener una alimentación basada en alimentos, no en productos, en la que la gran mayoría de hidratos de carbono procedan de los vegetales, en la que se asegure un aporte adecuado de proteínas (preferentemente procedentes de pescados, huevos y carnes de ave, a no ser que por motivos éticos la persona decida evitarlos), así como de grasas saludables y de calidad (aceite de oliva, aguacate, frutos secos etc)

Es primordial también insistir en los beneficios de la actividad física y fomentar su práctica diaria (tanto aeróbica como anaeróbica), así como recomendar hábitos correctos de sueño, gestión del estrés, desconexión digital periódica, hidratación adecuada y otras costumbres olvidadas pero tan saludables como el contacto con la naturaleza.

«Lo fundamental para prevenir la diabetes tipo 2 es seguir hábitos de vida saludables y también realizar controles periódicos para evitar diagnósticos tardías. También es importante evitar minimizar esta patología con comentarios tipo «tiene usted un poquito de azúcar». La diabetes se tiene o no se tiene» 

«Debemos concienciar sobre la importancia de mantener una alimentación basada en alimentos, no en productos, en la que la gran mayoría de hidratos de carbono procedan de los vegetales, en la que se asegure un aporte adecuado de proteínas, así como de grasas saludables y de calidad»

«Es primordial también insistir en los beneficios de la actividad física y fomentar su práctica diaria (tanto aeróbica como anaeróbica), así como recomendar hábitos correctos de sueño, gestión del estrés, desconexión digital periódica, hidratación adecuada, etc»

Artículo África Villarroel

«Antes de dejar el gluten, por favor, confirma si eres celiaco»

Del Blog:

«Cómo entender a tu endocrino»